Mitos y leyendas
Tras los pasos de los primeros viajeros del Rin
Ese es el caso del Rin, que muestra su máximo esplendor entre Unkel y Remagen hasta Bingen y Rüdesheim, en la parte sur. Desde la época romana, un gran número de personas viajaron por el valle del Rin Medio, ya que este río siempre ha sido el principal eje de conexión entre el norte y el sur en Europa. Mercaderes, peregrinos, viajeros e incluso grandes ejércitos. Cientos de miles de personas habrán contemplado los impresionantes paisajes naturales y los pintorescos paisajes urbanos en la Edad Media, pero no les inspiraba mucho entusiasmo. Incluso el contemplar el risco Lorelei raramente les producía asombro, sino que más bien hacía salir de sus bocas una angustiosa oración. Al fin y al cabo, este era el punto más estrecho del Rin y navegar entre sus peligrosos acantilados no era tarea sencilla.
Esta zona no tuvo su boom hasta que poetas románticos como Friedrich Schlegel introdujeron una nueva perspectiva. El poema de 1801 de Clemens Brentano Zu Bacharach am Rheine (En Bacharach del Rin), Clemens Brentano recreó en el conocido mito del Rin: la triste historia de la hermosa hechicera Lorelei.
En el Rin Medio no había escenas idílicas ni paisajes refinados como los de la época barroca, sino la naturaleza virgen y sin adulterar que los románticos anhelaban.
Estas románticas vistas del Rin también quedaron plasmadas en la pintura. Christian Georg Schütz El Joven y William Turner pintaron lo que el público de la época, influenciado por la literatura romántica, quería ver: el paisaje agreste y salvaje del Rin salpicado con las ruinas solitarias de los castillos en las escarpadas montañas.
Además del pintor William Turner, llegaron otros visitantes de las Islas Británicas, como Lord Byron, atraídos por la fascinación del Rin Medio. Después de levantarse el bloqueo continental francés, los aristócratas británicos pudieron viajar de nuevo a Europa.
La fascinación por el lado romántico del Rin había creado un turismo que alcanzó una dimensión insospechada con el comienzo del tráfico regular de barcos de vapor a partir de 1827. A mediados del siglo XIX, se calcula que más o menos 1 millón de personas al año disfrutaba de la belleza de la zona a bordo de un barco.
Aún hoy es posible capturar y experimentar el espíritu del romanticismo del Rin en muchos lugares a lo largo del Rin Medio. Se puede profundizar en este tema, por ejemplo, con la exposición permanente del Museum am Strom de Bingen, la exposición del Stadtmuseum de Oberwesel o la exposición interactiva del Romanticum de Koblenz.