Ya sean castillos de caballeros medievales, bonitos palacios barrocos o impresionantes fortificaciones, la variedad y densidad de estas construcciones a lo largo del Rin Romántico es sencillamente impresionante.
Los testigos de piedra de la historia se utilizaban a menudo para recaudar derechos de aduana y eran, por tanto, una importante fuente de ingresos para los respectivos gobernantes. Otros edificios se erigieron como protección contra los arzobispados o electorados vecinos, mientras que otros cumplían fines puramente representativos. Hoy en día, la mayoría de los edificios están abiertos a los visitantes y albergan restaurantes, museos u hoteles.
Vivir y dormir como un señor o una señora de castillo... este sueño se hace realidad en el Rin Romántico, ya que a menudo es posible pernoctar dentro de las históricas murallas. Ya sean acogedores albergues juveniles, cómodos apartamentos (para bodas) u hoteles de primera categoría, ¡hay para todos los gustos y bolsillos!